Durante los meses de julio y agosto de 1972, en plena Guerra Fría, se celebró el Mundial de ajedrez entre Bobby Fischer y Boris Spassky, 21 partidas que iban mucho más allá de un campeonato deportivo. Fue uno de los más grandes enfrentamientos entre dos personalidades distintas y entre las dos grandes superpotencias del momento a nivel mundial: Estados Unidos y la Unión Soviética.
El soviético Spassky era el vigente campeón y Fischer entró en el Torneo de Candidatos para buscar aspirante porque le cedió el lugar un compatriota; Fischer ganó con suma facilidad aquel torneo y se proclamó de manera oficial aspirante al título mundial.
Fischer era un genio del ajedrez que había conseguido el título de gran Maestro con 15 años y que aprendió ruso para poder leer toda la literatura sobre ajedrez que estaba publicada en ese idioma (en aquellos momentos la Unión Soviética era la potencia número uno en esta disciplina).
Spassky era un hombre tranquilo, bohemio, pero Fischer era un ciclón lleno de excentricidades y con una forma de jugar al ajedrez avasalladora, buscando siempre aplastar al rival y romperle emocionalmente.
Tardaron tiempo las federaciones de EEUU y URSS en ponerse de acuerdo dónde se disputaría el Mundial, la ciudad que elegía uno no le gustaba al otro y viceversa. Al final Fischer accedió que fuera en Reikiavik (Islandia).
El día del inicio del Campeonato Fischer no se presentó, tuvo que ser el Secretario de Estado Henry Kissinger el que le llamara y le pidiera que jugara aquel torneo, que lo hiciera por su país. Diez días después del comienzo del torneo, Fischer apareció.
La primera partida la ganó Spassky, Fischer en la fase final de la partida tomó una decisión que aún no entienden los analistas: cambió un alfil por dos peones condenándose. Aquí dejo un vídeo de esa primera partida y esa jugada con la que Fischer perdió la primera partida.
Al perder la primera partida Fischer culpó a todo lo que había en la sala: el ruido de las cámaras de TV, que el público estaba muy cerca y hacía mucho ruido, que las luces se reflejaban en el tablero... tanto fue así que exigió una serie de cambios que para la organización eran inaceptables y se los denegaron.
Ante esa negativa, Fischer no acudió a la segunda partida. Al cabo de una hora se la dieron por perdida. El resultado en ese momento era Spassky 2-0 Fischer. Esta era una ventaja realmente insalvable, ya que el Mundial lo ganaría aquel que lograra 12 puntos y medio.
Para la tercera partida Fischer exigió que se celebrara en una sala pequeña lejos de las cámaras de televisión y del público, la Federación Soviética se negó y pidió la eliminación del aspirante pero Spassky quería mantener su título ganando a Fischer en el tablero y accedió a la exigencia del americano (años después confesó que aquella concesión le hizo perder el Mundial). A partir de ese momento , Fischer estuvo en una situación ventajosa sobre Spassky a nivel psicológico y eso se reflejó en las partidas sucesivas.
Fischer ganó la tercera partida, firmaron tablas en la cuarta, volvió a ganar la quinta y le terminó de rematar en la sexta. La sexta fue una partida maravillosa en la que Fischer realizó una estrategia paciente y de forma inapelable fue destrozando a Spassky. Cuenta la leyenda que al terminar la partida el propio Spassky se levantó a aplaudir a Fischer. Os dejo un magnífico análisis de esta sexta partida.
En la séptima partida volvieron a firmar tablas y en la octava Spassky acumuló su cuarta derrota, en ese momento el resultado era Spassky 3-5 Fischer. El soviético estaba roto y que el americano ganara el título era cuestión de tiempo, como así fue. Al final del Campeonato Mundial el marcador arrojaba un 12 y medio - 8 y medio a favor de un Fischer arrollador.
http://www.youtube.com/watch?v=2Cb4elk7VsI
Spassky regresó a la URSS donde cayó en desgracia por haber sido el primer ruso en perder el título mundial, y a manos de un estadounidense. En 1984 adquirió la nacionalidad francesa.
Fischer se proclamó en el primer Campeón del Mundo de ajedrez norteamericano y terminó con el dominio soviético en este deporte, lógicamente fue recibido como un héroe por sus compatriotas. Fischer dijo que iba a jugar muchas partidas, muchos torneos y que defendería su título tantas veces como hiciera falta. Después de esto Fischer desapareció, no volvió a jugar al ajedrez hasta 20 años después cuando jugó un torneo de revancha contra Spassky al que ganó con facilidad de nuevo.
Posteriormente Fischer tuvo muchos problemas con la justicia americana por haber jugado en suelo yugoslavo no haciendo caso al veto que EEUU tenía sobre ese país.
Fischer falleció en 2008 a los 64 años, vivió un año por cada casilla que tiene el tablero de ajedrez.
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